¡Familia!
El sueño que no lograron
A MI PADRE JUSTO BENITO BLANCO, o Justo Blanco, le animaba cantar y bailar tango. Alrededor de sus veintiún años tuvo el privilegio de ver y oír cantar en persona a Carlos Gardel. Para él no había mejor regalo anticipado de cumpleaños que asistir a una de las tantas funciones en Caracas del mundialmente famoso artista sureño. Lo cierto es que desde su butaca en el Teatro Principal, mi padre vitoreó emocionado a Gardel y a los guitarristas Aguilar, Barbieri y Riverol. El Principal por su acústica, balcón, aforo e inmejorable ubicación en pleno ombligo de nuestra ciudad capital, en la parroquia Catedral, frente a la esquina noroeste de la Plaza Bolívar, era para entonces el más moderno local de espectáculos públicos de Venezuela.
Pioneros en excursionismo, fútbol y domingo no laborable
El excursionismo como recreación y el fútbol como deporte convirtieron a aquel joven en uno de los pilares del Centro Excursionista de Guatire, CEG, en 1937, inspirador del Centro Excursionista Manuel Ángel González, CEMAG, en 1968.

Leamos lo que comenta el pariente Perucho Delgado, o Pedro José Delgado Daló en las páginas 86-87 de su interesante volumen "Guatire de siempre": "1937 (…) Se funda el Centro Excursionista de Guatire por los jóvenes Pedro Delgado (Capitán), Antonio Berroterán, Emilio Manzo, Félix Rojas, Pedro Prieto, Francisco Castillo, Martín Castillo, Justo Blanco, Luis García, Melecio (Melo) García, Fernando Castillo, Edmundo Toro, entre otros (…)".
Los miembros del Centro Excursionista de Guatire, CEG, tenían en su organización dos objetivos: la recreación y el deporte, es decir, el excursionismo y el fútbol; por lo tanto requerían de un día libre semanal para sus entrenamientos y competencias. Como la mayoría trabajaba en casas de comercio, de lunes a domingo, ambos inclusive, sin día de descanso, por unanimidad resolvieron dirigirse a sus empleadores. La solicitud fue correspondida, "(…) siendo los pioneros (en Guatire, además del excursionismo y el fútbol organizados), en la consecución del día domingo no laborable ante los comerciantes (…)", hito importante éste no sólo para la práctica de actividades recreativas y deportivas y el reposo del cuerpo y la mente, sino como precedente por su fundamento reivindicativo (en Derecho) aplicable a otros tipos de jornadas laborales. Aun cuando para la inmutable ley Dios, quien al crear en seis días la tierra y los cielos descansó el séptimo, el día de reposo es el sábado.
Un año antes apenas, en 1936, había sido promulgada la Ley del Trabajo con el ejecútese del Presidente López Contreras. Redactada por el joven bachiller Rafael Caldera y presentada al Congreso por Alonso Calatrava. Vale ratificar a aquellos muchachos del CEG con el honroso mérito de Pioneros, motivado a que las condiciones y relaciones obrero-patronales no eran del todo justas en Guatire, por cuanto sólo dependían de la voluntad de uno que otro patrón equitativo.
Un partido igualado ¡por carambola!
Existe una anécdota sobre un amistoso encuentro futbolístico que resultó curiosamente empatado, 1x1 gol, entre el novel equipo de casa ("CEG") y un experimentado visitante ("Diablos Rojos"). Dejemos que sea el mismo Perucho quien concluya su nota: "(…) En una oportunidad fue invitado el equipo de fútbol ‘Diablos Rojos’ de Caracas, y en el segundo tiempo con el juego empatado a un gol por lado, hubo una jugada y el balón salió del terreno de juego, chocando con el tallo de un árbol de guamacho, donde una espina lo espichó terminando el partido por falta de balón".
Demás está decir que "Diablos Rojos" era una muy famosa oncena. De modo que los muchachos del Centro Excursionista de Guatire, CEG, entre ellos mi padre, salieron dignamente de aquel angustioso compromiso, gracias a la espina de un guamacho. A propósito: sería honroso que nuestra enciclopedia viviente del balompié, el pariente profesor Guido Blanco Quintero, grabara esta hazaña histórica del fútbol guatireño en algún lugar del estadio que lleva su nombre.
El profesor Luis Martus, en la página 72 de su volumen "Hechos y Valores. Guatire-Araira", también recoge el pintoresco lance: "A todas estas, para variar, incipiente, como globo de ensayo, un equipo de ‘fútbol’, en el campo de ‘El Bolìvar’, en Barrio Arriba, midió sus escasas fuerzas con el ‘Diablos Rojos’ de Caracas donde aparecieron los Serfaty. Algunas ‘figuras’ fueron Justo Blanco, hombre fuerte y corajudo; Carlos Delfín Martus, quien había practicado este deporte en el Colegio Los Dos Caminos; Pedro Delgado y Martín Castillo".
Pero, en definitiva, ¿cuál fue el sueño que Justo Blanco no hizo realidad? Arribar a Buenos Aires, llegar a la Calle Corrientes, conocer el Museo Gardeliano, ir al cementerio de La Chacarita, detenerse ante el mausoleo de Gardel y entonar… "Silencio en la noche…"

Este pariente fue asiduo de la literatura y la filosofía. Seguidor de las letras y pensamientos de García Márquez, Vargas Vila, Augusto Comte y Federico Nietzsche principalmente. Ansioso por compilar sus peripecias en una autobiografía, pasó muchas horas encerrado en su biblioteca leyendo, escribiendo desaforadamente aunque… ¡nunca terminó su libro!

Este pariente (familiarmente nombrado Giselo, hijo de mi tía Sixta Dominga Blanco), la meta propuesta que nunca alcanzó, no obstante haberse convertido en aventajado autodidacta gracias a su empeño personal y el mejor uso de su cultura universal, fue simple y llanamente… ¡actuar en el Madison Square Garden!
Andrés Blanco Delgado
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