martes, 25 de diciembre de 2018



Un nuevo año nos trae de vuelta al diario quehacer
Las expectativas para 2019 no deben ser de conflictos

Aún más imperiosa que la diatriba del careo es la unidad sin excepción por el interés nacional de los venezolanos para superar no solamente la anarquía sino también los demás obstáculos incluyendo la intolerancia.


“Unámonos y seremos invencibles”


Aquella arenga que El Libertador dio a su ejército en 10 de enero de 1817, sin duda motor de las batallas sucesivas que culminaron en Carabobo librando nuestra Independencia, nos la repite hoy como  exhortación y reclamo a la vez: "Unámonos y seremos invencibles". ¿Estamos atentos a obedecerla?... ¡Hagámoslo!

No debemos poner en peligro la estabilidad republicana apostando al fracaso de unos tras el triunfo de otros. No; ahora no se trata de una guerra a muerte entre patriotas y usurpadores. Este es un problema de y entre los venezolanos que por igual obligatoriamente nos corresponde darle solución.


El gobernante por su parte y el oponente por la suya tienen deberes que cumplirles a su nación y a sus conciudadanos. Si el país les duele  como hijos que son, ¿por qué los errores de unos y de otros no los corrigen en franca unión, abiertamente y sin tapujos como hermanos frente al resto del pueblo?


La corrupción, la indolencia, el burocratismo son males que en unión debemos  ciertamente combatir. Como causante de hambre, miseria y explotaciòn, el individualismo animado por el egoísmo y la ambición tampoco debe permanecer por encima de los intereses colectivos. El pueblo tiene derechos adquiridos tan  importantes que nadie en absoluto debe irrespetar ni mucho menos derogar.


Ninguna fuerza es capaz de dominar a aquella nación dispuesta a afrontar unida la más difícil situación provocada contra la dignidad de su gente y de su territorio. Si Venezuela y los venezolanos así lo disponemos de seguro cesarán los conflictos felizmente. Entonces sí será posible la paz. 

¡Buen año para todos los compatriotas, pero nunca más separados, siempre unidos!


Andrés Blanco Delgado



miércoles, 19 de diciembre de 2018


¿Acaso hay razón de que exista pobreza en un país con tanta riqueza?

No estamos en el día adecuado para  quejarnos de lo complicado de la  cotidianidad del actual venezolano de a pie. Vamos a unirnos a la celebración aniversaria del nacimiento del Mesías aun cuando sea en la establecida fecha impuesta por la religión. Y a darnos  cuenta  de lo insinceros que también nosotros hemos sido con el "Amaos los unos a los otros".

Promesas sobre la igualdad y denuncias sobre la desigualdad entre ricos y pobres aparecen diariamente en los diferentes medios  de información del planeta. Sin embargo nunca se ha anunciado  un remedio eficaz para acabar con el flagelo de la pobreza. Ni se diga de la indiferencia de los países poderosos acostumbrados a imponer a la ONU sus decisiones interesadas.

El tema de la pobreza parece un buen negocio para los conferencistas que son eternos invitados muy bien pagados por los gobiernos. Hábiles para encantar a la audiencia con el apoyo del drama y de la magia. Discursantes con las mismas palabras en todos los escenarios sin dejar  soluciones prácticas y concretas. 


Mayor es la ganancia de quienes se ocupan en vender armas de guerra a los gobiernos para apertrechar a los militares prestos  a diezmar poblaciones.  Escandalosa  la súper ganancia de los especuladores con los precios y con los intereses para manejar a su antojo la economía y las finanzas a través de la industria, el comercio y la banca. Ellos en general sí contribuyen con soluciones prácticas y concretas a acabar con la pobreza... exterminando a los pobres. 

Aunque algunos consideren que las fuerzas del mal están venciendo a las del bien no hay razón de que exista pobreza en ningún país con tanta riqueza.


   
Recordemos:

Desde hace dos mil años Jesús, el extraordinario palestino nacido en Belén de Judá, nos predica con su sana enseñanza: “No veas la paja en el ojo ajeno sin antes mirar la viga en el tuyo”.

Que renazca el amor, la hermandad y la paz, es nuestro mejor anhelo. Que el nuevo año traiga bendiciones a Venezuela para todos los venezolanos. Así sea.

Andrés Blanco Delgado

domingo, 16 de diciembre de 2018



AGRADECIMIENTO

La familia Rodríguez, Andrés Blanco Delgado e hijos, y demás deudos de nuestra inolvidable ANTONIA RODRÍGUEZ, que en paz descanse, queremos expresar nuestras  más sinceras palabras de agradecimiento a todas aquellas personas e instituciones que nos han alentado con su presencia o hecho llegar sus condolencias por tan sensible desaparición.
Su fallecimiento ocurrió en Caracas el domingo 11 de noviembre de 2018 y el sepelio tuvo lugar en Guatire el martes 13 de noviembre de 2018.

Hoy estás disfrutando en el reino, oh mi bella señora, de nuestro Señor Jesucristo. Algún día estaremos juntos por siempre. Te amo.

Andrés Blanco Delgado


jueves, 13 de diciembre de 2018


Una breve genealogía

Canarias son siete importantes islas del Atlántico situadas al norte de África y al sur de Europa conocidas como Gran Canaria, Tenerife, La Palma, Hierro, Fuerteventura, Gomera y Lanzarote. Puedo contarles que mi abuelo Saturnino Delgado Rodríguez nació en un pueblo de una de ellas. En Arucas, Las Palmas de Gran Canaria, en 1869.

En mando de rey el forzoso alistamiento de tropas de novicios en distintos sitios de dominio español hacía que muchas familias como la de mi abuelo buscaran por temor dónde poner a salvo del servicio militar a sus hijos. Allá soplaban vientos de guerra. Y por eso mi abuelo arribó a Venezuela alrededor de sus dieciocho años de edad.

En 1887 atracó en el puerto de La Guaira un barco velero de bandera española con un apiñado grupo de inmigrantes de procedencia canaria. Entre sus pasajeros venía la familia de mi abuelo. Estaba conformada por sus padres Bartolomé Delgado y Juana Rodríguez de Delgado, él como hijo mayor y sus hermanos Hilario, Francisco, Paulo, José Mª y Agustín. 

Ya pisando suelo venezolano mis ascendientes apuntaron sus maletas con dirección a Guatire. Un pueblo laborioso en la agroindustria de la caña, el café y el tabaco, casualmente los mismos rubros de producción de su Arucas. Al elegir a éste como su residencia sería menos la nostalgia por la lejana cuna al no extrañarla tanto como en los primeros días.

En Guatire nacieron sus hermanos últimos Andrés Mª, Gerónima, Dominga y Nieves. Mi abuelo contrajo matrimonio con Cleotilde González Lafée y procrearon a Miguel, María, Juana Francisca y Faustina Rosa mi madre. Aquí vivió treinta y cuatro años labrando sus tierras con la más honrada dedicación para criar a su familia en el amor, la humildad, el respeto y la solidaridad.

Saturnino Delgado Rodríguez dejó de existir el 13 de noviembre de 1921 a la edad de cincuenta y dos años. Sus restos reposan en el panteón de los Delgado González del viejo Cementerio Municipal de Guatire. Gracias a la lúcida memoria de mi siempre recordada tía María que en paz descanse me fue posible hilvanar con su valiosa información oral esta corta crónica de familia.

Andrés Blanco Delgado